La compra de cartuchos alternativos es una costumbre muy común en personas y sobre todo en empresas que quieren ahorrar un poco en los consumibles de las impresoras. Estos consumibles que son una imitación de los originales suelen ser mucho más económicos, sin embargo, también son de menor calidad. Cuando una impresora utiliza cartuchos que no le pertenecen de fábrica también presentará los componentes mucho más estropeados y sucios. Esto, a la larga, supone tener que realizar unos gastos extra en mantenimientos y reparaciones, por no mencionar la corta vida útil de los equipos.
Por lo tanto, en muchas ocasiones, lo barato sale caro. Además, según una gran cantidad de estudios, pruebas y análisis, los cartuchos alternativos no cumplen con los estándares de seguridad que tiene la Unión Europea. Y esto ocurre sobre todo con los consumibles que provienen de China. Según la ECHA (Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas), los cartuchos alternativos tienen un químico llamado decabromodifelino, un químico que la Unión Europea ha prohibido debido a que suponen una gran contaminación en ríos y suelos europeos.
Sin embargo, la problemática no para aquí. Copiar los cartuchos originales también afectan a la salud de las impresoras y a la calidad de la impresión. Según Ofi-Logic, una empresa que lleva más de 30 años vendiendo, reparando y manteniendo equipos informáticos, afirma que el principal riesgo de utilizar los cartuchos falsos es que no están fabricados con la misma calidad que los originales. Por lo tanto, la impresión podría verse afectada (textos con las letras impresas con poca saturación o de forma irregular, por ejemplo).
“La impresora también puede fallar, sobre todo las que funcionan mediante la inyección de tinta. Podríamos encontrarnos con obstrucciones de cabezal, un mal sellado de cartucho, una mala distribución por el tambor, etc.” afirma Ofi-Logic. También es posible que, a la hora de introducir el cartucho falso dentro de la impresora, esta lo detecte como no compatible. Cuando se imprime con cartuchos falsos el 40% de las páginas que se imprimen saldrán incorrectas y de mala calidad, por lo que, a final, el consumo llegará a ser el mismo.
Es posible incluso que el gasto incremente en un 50% por culpa de tener que volver a imprimir los documentos que han salido mal. Cuando no se cuenta con los cartuchos falsos, las llamadas al servicio técnico también aumentan y, por ende, el gasto para las reparaciones. A la larga, la impresora también se estropeará antes de lo habitual y habrá que adquirir una nueva.
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Fuente original: Comunicae.es.