Detecfuga se hace eco de la información lanzada por ABC sobre los nuevos detectores algorítmicos para mejorar las fugas de agua
Detecfuga, una empresa de detección electroacústica de fugas de agua en Huelva y de salideros de agua en Huelva, se hace eco de la información lanzada por el diario ABC sobre las nuevas técnicas de detección de agua con IA.
España pierde cada año una de cada cuatro gotas que circulan por sus redes de abastecimiento antes de llegar al grifo. En un contexto de sequía persistente y embalses bajo mínimos, esta realidad tiene un coste ambiental y económico inasumible. La nueva generación de sistemas de monitorización, aprendizaje automático y mantenimiento predictivo se presenta como un punto de inflexión para atajar el problema.
La innovación combina sensores móviles y fijos capaces de «escuchar» las conducciones con algoritmos entrenados en miles de horas de registros reales. Estos modelos distinguen el ruido normal de la red —válvulas, codos o turbulencias— de las firmas características de una fuga, localizándola con precisión y cuantificando su caudal. El análisis se realiza con la infraestructura en servicio, sin cortar el suministro ni abrir zanjas, lo que acelera la toma de decisiones y reduce los costes de intervención.
Los resultados ya son tangibles. En grandes conducciones donde los métodos tradicionales apenas eran viables, las inspecciones inteligentes han permitido detectar incidencias a escasos centímetros de su origen y reducir de forma drástica el tiempo de vida de las fugas, llegando en algunos casos a identificarlas en el mismo día en que se producen. Esta rapidez se traduce en millones de litros ahorrados, menor consumo energético por bombeos innecesarios y una prolongación de la vida útil de tuberías que, en numerosos tramos, superan las cuatro décadas de servicio.
El salto digital no se limita a la detección. Los modelos predictivos priorizan inversiones basadas en datos y orientan las labores de mantenimiento hacia los puntos con mayor riesgo, maximizando el retorno de cada euro invertido. En redes con altos niveles de eficiencia, la inteligencia artificial se ha convertido en un apoyo imprescindible para identificar desviaciones mínimas de presión o caudal que, sin estas herramientas, pasarían inadvertidas. Además, la aplicación de algoritmos a los contadores inteligentes completa lecturas ausentes y detecta patrones anómalos de consumo, reforzando la consistencia de los balances de agua y la calidad del servicio.
La combinación de sensorización, inteligencia artificial y mantenimiento predictivo redefine la gestión del agua: de buscar fugas a evitarlas; de reaccionar a los problemas a prevenirlos; de redes opacas a sistemas vivos, medibles y optimizables. Es un cambio de paradigma que permite proteger un recurso esencial, reducir emisiones asociadas al consumo energético y mejorar la resiliencia de las ciudades frente a la sequía.
